Soy mujer, y tiemblo. No por la tierra, sino por el mundo.
A veces me pregunto qué habría sido de mí si hubiese nacido en otro lugar.
En Afganistán, por ejemplo. Donde ser mujer duele antes de que duela el cuerpo. Donde ser niña es casi una condena. Donde tras un terremoto, además de casas, se derrumban las pocas libertades que quedan.
Y me sacude. Porque yo estoy aquí, escribiendo.
Con voz. Con espacio. Con rabia.
Y ellas allá, silenciadas, recluidas, borradas.
No sé tú, pero yo no puedo hablar de “desigualdad de género” como si fuera un término académico. Para mí tiene nombres, rostros, sangre.
Tiene la mirada de esa niña forzada a casarse a los 13.
Tiene el grito ahogado de una mujer violada y obligada a casarse con su violador.
Tiene el eco de tantas que ya no están.
¿Qué clase de humanidad permite que esto siga pasando?
Sé que no todas las luchas se ven igual. Pero todas arden.
Incluso aquí, en Europa, donde nos creemos muy avanzados, seguimos explicando por qué queremos los mismos sueldos, el mismo respeto, el mismo derecho a decidir. En mi país, muchas cargan la casa a cuestas mientras el mundo les exige sonreír.
Y ahí, entre tanto ruido, el arte se vuelve refugio. O arma.
La grafitera Shamsia Hassani pinta mujeres con los ojos cerrados porque, según ella, “nadie quiere verlas”.
Las fotos de Lynsey Addario te clavan una verdad en el pecho: que la guerra tiene rostro femenino.
The Photo Society. (s. f.). Lynsey Addario. The Photo Society.
Barbara Kruger lo dice claro: "Tu cuerpo es un campo de batalla."
Y lo es. Lo ha sido siempre. Desde que nos enseñaron a tener miedo, a ceder, a pedir permiso incluso para existir.
Actual exposición en el Guggenheim de Bilbao
Museo Guggenheim Bilbao. (2025). Barbara Kruger: Another day. Another night
Yo crecí creyendo que podía ser lo que quisiera, he tenido esa suerte! Que bastaba con estudiar, trabajar, esforzarme. Pero cuanto más camino, más me doy cuenta: hay techos, hay barreras, hay silencios demasiado cómodos.
Entonces leo que 7 de cada 10 mujeres han sufrido violencia física o sexual. Que millones de niñas no pueden ir a la escuela. Que hay países donde aún se justifica pegarle a una mujer si “quema la comida”.
Y me duele el alma.
Pero no pienso callarme.
No quiero acostumbrarme.
No quiero que mi libertad dependa de un código postal.
La desigualdad de género no es una batalla ajena.
Es mía. Es tuya. Es nuestra.
Y no, no va a solucionarse con un día al año ni con campañas bonitas.
Necesitamos políticas, educación, acceso, justicia. Y también amor. Mucho amor, pero del que se convierte en acción.
Porque cuando una mujer se libera, todas respiramos.
Y yo, desde este lado del mundo, no pienso dejar de hablar.
Porque si el mundo tiembla, que tiemble también el patriarcado.
Escucha. Lee. Cree. Comparte el arte que denuncia. Dona si puedes. Usa tu voz, aunque tiemble. Y, sobre todo, no te olvides: el feminismo no es moda. Es supervivencia, es un movimiento social, político y filosófico. Busca justicia, no revancha.
"El feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente."
Simone de Beauvoir
Fuentes
Amnistía Internacional España. Senante, A. Shamsia Hassani, la grafitera afgana que lucha contra el fundamentalismo con un espray. Blog de Amnistía Internacional
The Photo Society. Lynsey Addario. The Photo Society
Museo Guggenheim Bilbao. (2025). Barbara Kruger: Another day. Another night
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). (2024). Índice de desigualdad de género.
Naciones Unidas. (2019). Informe sobre violencia de género en el mundo.
Human Rights Watch. (2025). Violencia contra las mujeres en Afganistán: un análisis tras el terremoto.
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